martes, 19 de junio de 2007

¿ QUÉ VISITAR?

CACERES



TORRE DE BUJACO


Su denominación procede del nombre del árabe del conquistador de la ciudad Abu Yacub Yusub, fue
construida aprovechando una fortificación romana en la época almohade. Hasta mediados de siglo tenía en la cima un arco con una estatua de la diosa Ceres, debido al peso se decidió eliminarlos, la estatua se trasladó primero al foro de los balbos, pero allí fue sustituida luego por una réplica.

ARCO DE LA ESTRELLA

No fue esta una de las puerta originales de la muralla cacerense sino que tiempo después de su reconquista la ciudad se extendió a extramuros por la zona cercana a la muralla, especialmente por la parte occidental, creándose, en lo que hoy es la plaza mayor, un núcleo mercantil. Ello obligó a la apertura de una nueva puerta, que comunicaba directamente el interior del recinto con aquel centro de actividad económica. Para defender la Nueva Puerta se construyó una Torre Nueva, con sillares de granito y matacanes semicilíndricos y aspillerados en sus esquinazos, origen del nombre con que hoy se conoce el reducto, Torre de los Púlpitos.

Con el tiempo, la puerta nueva se hizo vieja y, por consiguiente, impracticable para los coches del siglo XVIII. Resultaba estrecha. A instancias y bajo los auspicios de don Bernardino de Carvajal Moctezuma y Vivero se derribó la Puerta Nueva, se construyó otra en 1726 con arco en esviaje, que se colocó bajo la advocación de Nuestra Señora de la Estrella.

PALACIO EPISCOPAL


En un lateral de la Plaza de Santa María se encuentra este elegante palacio que mandó reedificar el obispo cauriense Pedro García de Galarza a finales del siglo XVI, y cuyo escudo se puede apreciar sobre la ventana central de la segunda planta. Destaca su elegante portada de arco de medio punto con doble almohadillado de sillería, flanqueada por dos medallones que representan a un indio y una india americanos. Este palacio consta de dos portadas más, la procedente del antiguo seminario de San Pedro, fundado en siglo XVII por el mismo obispo Galarza y que se trasladó hasta aquí tras su derribo; y de la calle del Arco de la Estrella. La situación de esta hermosa construcción, cuyas traseras daban al adarve y a la Puerta Nueva, fue motivo de los pleitos tenidos con el Marqués de la Quinta de la Enjarada por abrir y remodelar el Arco de la Estrella, para dar paso a sus carruajes.



IGLESIA DE SANTA MARÍA, CONCATEDRAL DE CÁCERES

Tiene rango de concatedral al compartir sede episcopal con la ciudad de Coria. Es una iglesia gótica, de tres naves. Lampérez la considera del gótico decadente extremeño y Floriano como obra gótica armada con evidentes restos románicos de una fábrica anterior, llegando éste a afirmar que ya estaba en pie la iglesia en el siglo XIII. En el XIV, Marta Martínez de Orellana, que en la iglesia se entierra, dejó dineros para construir la cabecera poligonal. La capilla de San Miguel es del siglo XVI. La de los Blázquez o del Cristo de Santa María, del XV. El coro, del XVI. La torre la labraron en 1554, siendo dirigida por Pedro de Ibarra. En el interior del templo existen enterramientos de Hernán Pérez Golfín, Becerra, Ulloa, Carvajal, Durán, Espadero, Gómez Solís, Godoy, García de Mayoralgo -el de éste y su mujer, Marta Martínez de Orellana, son góticos y de alabastro-, del doctor Rivera -de 1538, del escultor Etor Hernández-. El púlpito de hierro forjado perteneció al convento de Jesús. En 1547 se contrató con Guillén Ferrán y Roque Balduque, ambos de Sevilla, la realización del retablo mayor, plateresco, de vino de Flandes y cedro.

Al píe del campanario podemos ver la estatua de San Pedro.

IGLESIA DE SAN FRANCISCO JAVIER

Es de los pocos edificios que se han vuelto a encalar ya que ese era el estado original de toda la parte antigua de Cáceres. Todo el mundo viene y quiere ver piedra, pero en el fondo eso es un pastiche. Lo mismo le pasó a Ridley Scott cuando rodó en esta plaza unas escenas de 1492, el cura le dejó pintar la iglesia como quisiera siempre que luego le sufragara los gastos de ponerla arraglarla luego como a él -el cura- le apeteciese. Hace poco se la ha restaurado en parte.

PALACIO DE LAS CIGÜEÑAS

El palacio fue construido por iniciativa del Capitán Diego de Cáceres Ovando, paladín de los Reyes Católicos, quienes distinguieron su fidelidad al concederle autorización para construir su casa en lugar y con los materiales procedentes del viejo alcázar de Cáceres, que había sido derribado por los partidarios del Infante don Alfonso cuando se enfrentaba a su hermano el monarca Enrique IV. En la Real Cédula que dirigen los Reyes Católicos al Concejo de Cáceres en 1476 prohibiendo la construcción de fortificaciones privadas en la ciudad y ordenando el derribo de las existentes hasta el momento, hacen una significativa excepción al autorizar a este noble cacereño, don Diego de Cáceres, a construir su casa como quisiera.

El edificio se compone de cuatro crujías en torno a un patio claustrado, levantándose en la esquina frente a la iglesia de San Mateo la singular torre cuya autorización personal de los monarcas ya hemos comentado. Coincide con esa datación una inscripción que se refiere al año 1480, colocada sobre la puerta de entrada al primer piso de la torre; desde ese punto al acceso a la parte superior se efectúa a través de varios tramos de escalera adosados a los muros.

Aunque la portada ha sido profundamente restaurada no hace muchos años, con un acusado gusto historicista, el edificio conserva su primitivo carácter, mostrando el tipo de palacio urbano fortificado tan característico de la ciudad de Cáceres, en el que se combina su imagen sobria, fuerte y contundente, en su versión ejemplificante en este caso concreto, y al mismo tiempo la elegancia formal que aportan algunos de sus detalles constructivos, como las ventanas geminadas de arcos túmidos, encerradas en alfiz, los escudos familiares, en este caso de los Ovando-Mogollón, incluso el atractivo almenaje volado sobre canecillos coronando su estilizada torre.

PALACIO DE LAS VELETAS

También llamada "Casa de las veletas", está en la parte más alta de la ciudad de Cáceres. Está situada en la plaza del mismo nombre y conserva un antiquísimo Aljibe árabe. Fue levantada en el siglo XVI sobre lo que fue un alcázar árabe. Hoy día aloja un museo provincial que expone importantes restos prehistóricos, romanos y de otras antiguas épocas.

IGLESIA DE SAN MATEO

Se edificó sobre el lugar antes ocupado por una mezquita. En el siglo XV Francisco de Ovando, el Rico, edificó su capilla, hoy sacristía. En el XVI se amplió y de ese tiempo son la portada plateresca, quizá de Guillén Ferrán, y la espadaña. La torre y la capilla de San Juan son del siglo XVIII. Tiene retablo mayor barroco, enterramientos de Diego Cáceres Ovando, si bien la escultura de alabastro es esfigie de Francisco de Ovando, el Rico, y de Juan de Ovando, el del primer Código de Indias. Fue tradicionalmente la parroquia de la nobleza cacereña.

CASA DE LOS SANDE

Esta casa-fuerte de los Sande se halla enfrente de la fachada del evangelio de la iglesia de San Mateo, junto a la hoy sacristía de la parroquia, que fue capilla funeraria de esta misma familia Sande, construida a mediados del siglo XVI por Rodrigo Gil de Hontañon. La torre está asociada a otra dependencia de igual cronología, por donde se efectúa la entrada, cuya portada precisamente está timbrada con los escudos heráldicos de los Sande y los Ulloa que corresponden a don Juan de Sande y a su esposa Teresa Álvarez de Ulloa que promueven la construcción durante la segunda mitad del siglo XV. Tiene varios pisos, y aunque debió eliminarse el almenaje por la disposición de 1477 dictada por los Reyes Católicos, no se suprimieron otros elementos pues todavía conserva la bóveda de crucería que cubría su última planta. En el exterior son característicos varios elementos que se repiten en otras construcciones similares cacereñas, como el gran matacán de esquina y las ventanas geminadas provistas de arcos túmidos y enmarcadas en alfiz.

PALACIO DE LOS GOLFINES DE ABAJO

La casa principal de este linaje ocupa un lugar próximo a la iglesia de Santa María, y en ella se puede ver la fusión de los conceptos de palacio y al mismo tiempo de fortaleza, todavía más inclinado a su vertiente defensiva en el siglo XV, cuando tenía muros almenados y piezas de artillería. Durante el primer tercio del siglo XVI su titular entonces, Sancho de Paredes Golfín, que había sido Ayudante de Cámara de Isabel la Católica, acomete importantes reformas dentro de la estética renacentista de su tiempo, y aunque se mantuvieron las dos torres medievales que todavía pueden verse, la mas alejada de la esquina fue decorada con motivos heráldicos, medallones y cartelas alusivas al rango de sus moradores, rematándose toda la fachada con una crestería de grifos y guirnaldas de carácter humanístico y gusto plateresco.

PALACIO DE LOS GOLFINES DE ARRIBA

A mediados del siglo XV se escinde una rama de los Golfines y se instalan en la parte alta de la ciudad construyendo un verdadero alcázar fortificado, conociéndose el linaje y el palacio con el nombre de los Golfines de Arriba. Acomete la iniciativa García Golfín que durante la segunda mitad del siglo XV levanta el palacio, de forma cuadrangular con sendas torres en las esquinas, de las cuales todavía se conservan tres, aunque desmochadas. Desde comienzos del siglo XVI se hacen ampliaciones construyendo nuevas dependencias y sobre todo, en tiempos de otro García Golfín, nieto del primero, se promueve la construcción de una gran torre de Homenaje en el centro del palacio, contratada con el cantero Andrés Alonso en 1513, con la que, como ocurre en otros casos, sobre todo se pretende hacer manifestación simbólica de poder y de ostentación, tanto de dinero como de fama. En este caso contó con la oposición de algunos vecinos que denunciaron la obra alegando la prohibición de los Reyes Católicos de 1476, por lo que las obras se paralizan provisionalmente hasta 1516 que se resuelve a favor del promotor de la torre con la condición de no abrir huecos frente a la casa del demandante.
La parte baja de esta torre tiene una cámara bastante cerrada y en piso principal una capilla con bóveda de crucería sencilla donde destacan las armas de García Golfín y de su esposa Mencia de Ulloa. Desde ese nivel hasta la terraza la torre es enteramente hueca y sólo está ocupada por los distintos tramos de escalera que suben hasta la terraza.

CASA MUSEO DEL MONO

Recuerdo la historia que tiene la casa: Un noble que hizo las américas volvió con un simio a Cáceres al cual dejó con su esposa encerrado en esta casa y volvió a marchar al nuevo mundo. Nadie entraba en la casa, y pasado un tiempo aquelló empezó a oler bastante mal, literalmente hablando. Al forzar la puerta se decubrió que el mono, en un ataqué de rabia, había matado a todos los habitantes y tras ello había muerto; de ahí le viene el nombre. Ahora alberga un museo que no debe ser demasiado interesante.

EL ARCO DEL CRISTO


Es esta una de las tres únicas puertas que tenía la muralla de la ciudad romana, de hecho este arco es el resto más antiguo que queda en pie en el recinto de la ciudad antigua, aproximadamente es del siglo I.

LA IGLESIA DE SANTIAGO

Fue en origen un pequeño edificio conventual con un templo adosado construido probablemente bajo los auspicios de la Orden de Santiago junto a la calzada romana de la Vía Lata. Más tarde, mediado el siglo XVI, fue objeto de una amplia reforma impulsada por Francisco de Carvajal y Sande, en la que se le elevó la altura sin que se tenga muy claro si se modifico la planta. La obra fue principiada por el salmantino Rodrigo Gil de Hontañón que más tarde la abandonó por disgusto y reclamado para construir la universidad de Alcalá de Henares. Prosiguió el trabajo el trujillano Sancho de Cabrera terminándola hacia 1555.
Su monumental retablo fue encargado a Alonso de Berruguete, pero este falleció en 1561 siendo por lo tanto terminado por los artistas de su taller y trasladado a su destino definitivo en 1570.

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